El primer contacto con el cliente puede marcar muy
decisivamente la relación que mantenga con nuestro establecimiento.
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Recordemos las principales necesidades del cliente cuando
acude a nuestro establecimiento y atendamos cada una de ellas de modo
específico:
Necesidad
de ser tratado con cortesía y amabilidad. Para ello es preciso
que la recepción sea acogedora, pero sobretodo que la persona que le atienda lo
sea. Es obligado manifestarlo a través de palabras de bienvenida y en tono
lo más amistoso posible. La sonrisa debe ser natural o simplemente de cortesía.
, con frases como buenos días, o buenas tardes, le traigo su pedido.
Necesidad
de identificación del servicio. El vendedor debe llevar el
uniforme correspondiente (con el logo de la empresa), debe ser claramente
identificado por el cliente nada más llegar al establecimiento. No seáis
reacios a llevar uniforme, es una parte muy importante de la imagen de tienda y
realmente ayuda a las ventas. Hay clientes muy tímidos que no se atreven a
preguntar a alguien si es el vendedor, y equivocarse. Al no identificar al
vendedor fácilmente, estos clientes se pierden en un momento en que el
establecimiento esté lleno, y no puedan ser debidamente atendidos.
Deseo
de ser reconocido por su nombre (clientes habituales).
La palabra más agradable para un cliente es su propio nombre. Sé que esto es
algo que no siempre hacemos, y es muy importante, ya que todo el mundo espera
una cierta personalización en la relación. Sé que hay que tener buena memoria
para hacer esto pero creerme, merece la pena.
Necesidad
de conocer el tiempo de espera y duración de las operaciones. Cada
persona tiene una concepción diferente del tiempo en función con la
organización de su horario, su edad o por las prisas que tenga. Es por ello
aconsejable anticiparse a esta necesidad. Si un cliente viene con prisa, y el
proceso de la venta va ser largo (debemos enseñarle un amplio abanico de
posibilidades…. la tienda está llena y no podemos atenderle como
habitualmente…., nos ha llegado nueva mercancía pero aun no está recepcionada y
queremos enseñársela pues puede ser de su interés…) quizás deberíamos acordar
con el un mejor momento para continuar la venta, con la idea de ofrecer una
mayor calidad a su experiencia de compra.
En la acogida a un cliente hay que tener presente si es
un cliente conocido o si es desconocido:
Cliente
desconocido.
Lo normal es que el saludo vaya seguido de una frase
corta que invite al cliente a iniciar el diálogo: "buenos días",
"buenas tardes…
Cliente
conocido.
Podemos añadir tras el saludo inicial el nombre de
la persona: "buenos días Sra. Rodríguez" o una acogida más entrañable:
"buenos días, Sra. Rodríguez, qué tal?"
Durante esta fase de acogida conviene tener muy
presentes algunos principios fáciles de recordar:
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